Buenos días.
Procrastinar es una palabra que hace unos años no se empleaba, pero que ha alcanzado en los últimos tiempos el status de mainstream. Todo quizá por la curiosa dicotomía en la que vivimos actualmente: por un lado, obsesionados con aprovechar el tiempo y sacarle todo el partido posible. Por otro, perdiendo el tiempo más que nunca por lo fácil que es perder la atención.
Estudiar es una tarea a la que todos nos hemos enfrentado o nos tenemos que enfrentar. Es prácticamente ineludible.
Además, se relaciona muy íntimamente con la gestión del tiempo. Éste ha de ser racionalizado para sacarle el máximo partido, pero existen millones de distracciones que parece nos quieren sacar de esa necesaria concentración.
Hace unas semanas, mi hermano me pasó un post de reddit que aportaba un punto interesante acerca de estas cuestiones. El post se refería a las causas de la procrastinación: Procrastination is Caused by Emotion, Nothing Else. Here's How to Deal1. Hablemos un poco de ello.
#Hoy:
I. ¿Por qué procrastinamos?
II. Gestión de irregularidades emocionales.
III. ✍️ Cita de la semana.
I. ¿Por qué procrastinamos?
Este punto me sorprendió bastante.
Todos a lo mejor hemos buscado alternativas sobre cómo ser más eficientes o sobre cuáles son las mejores técnicas disponibles para estudiar o ser más productivo. El autor del post insistía en que ninguno de esas técnicas te iba a liberar de la losa mental que supone procrastinar.
Tampoco tiene que ver con la capacidad de sacrificio de uno. Es decir, diferir el llevar a término las cosas que tenemos que hacer no tiene que ver con el esfuerzo que cada uno pone. Del mismo modo, uno tampoco procrastina por pereza.
La principal razón que se esgrime en el post es que procrastinamos por una mala gestión de las emociones negativas. Asociamos una sensación de incomodidad con ciertas tareas y buscamos un refugio placentero en otras actividades. Por ejemplo, consultar el móvil, scrollear infinitamente por la red social de turno, revisar el correo electrónico esperando que llegue algún mensaje que nos cambie la vida por completo…
Pensar mucho sobre aquello que tenemos que hacer, puedo producirnos una sensación de bloqueo y de incomodidad que nos retrase aún más de lo esperado.
Estudiando la oposición me di cuenta de lo mucho que podía llegar a perder el tiempo. En general, ponerme a estudiar durante mi primer bloque de trabajo del día me era relativamente sencillo. Sin embargo, en el momento en el que llevaba el descanso, este solía alargarse más de la cuenta. Quizás tenga que ver con darla muchas vueltas a aquello que tenía que hacer y exagerar interiormente con lo “mucho que tenía que hacer”.
Una vez expuestas las causas de la procrastinación del post, ¿qué podemos hacer para combatir estas irregularidades emocionales?
II. Gestión de irregularidades emocionales.
Como avanzamos en el párrafo anterior, el pensamiento “ponerme a estudiar para la oposición” puede llegar a generar cierta ansiedad. Y es curioso porque, tú has decidido opositar pero, por alguna extraña razón, tú cerebro no quiere hacer esa tarea.
Lo mismo pasaría con la lectura del siguiente capítulo de libro que estás leyendo desde hace seis meses. O con la entrega que tienes que preparar en el trabajo, en la que sabes que te juegas mucho pero eres incapaz de ponerte a terminarla.
¿Qué podemos hacer para resolver esto? Pues planteo dos opciones, que guardan algo de relación.
En primer lugar, aligera la carga. Quítale hierro. Si te cuesta mucho pensar en “ponerme a estudiar toda la tarde” o “ponerme a estudiar el MIR” o “terminar el trabajo de [insertar asignatura horrible]”, suaviza ese pensamiento simplificándolo. Me explico: si el pensamiento “ponerme a estudiar la oposición” me pesa, quizás sea una buena idea cambiar ésta por uno más asequible y aparentemente menos demandante (aunque luego hagas lo mismo). Por ejemplo, quizás para estudiar solo haga falta empezar leyendo o haciendo un esquema. Intercambiar “ponerme a estudiar toda la tarde” por “hacer un esquema”, a lo mejor aleja pensamientos negativos de la tarea. Es una forma de engañar a nuestro cerebro para que haga cosas que no le gustan.
En segundo lugar, mortificar los pensamientos. Considera el “estudiar toda la tarde” como algo acorde a tus capacidades. No es algo que esté sobredimensionado y fuera de tu alcance. Es una tarea fisible. Lo único que hay que creérselo. No permitas que el pensamiento negativo te invada.
Me ayudaba mucho cuando me recordaban durante la oposición que yo había decidido estar ahí. Supongo que no a todo el mundo le generará el mismo impacto pero, para mí, era una forma de volver a alinearme con aquello que en el pasado había decidido. En los momentos de más procrastinación, recordarme que no podía perder el tiempo, que no es lo que yo quería de mí mismo en esa situación. Que ese no era el camino que quería recorrer.
Hoy quizás son sólo dos pequeñas píldoras, pero espero que te ayuden. En resumen, procrastinar muchas veces tiene que ver con las emociones que nos generan las tareas que aplazamos. Por tanto, intenta convertir aquello que aplazas en una tarea más sencilla para evitar así darle vueltas de más a las cosas. Limita los pensamientos negativos.
✍️ Cita de la semana.
"Once you understand something it doesn't have the same beauty"
Grant Sanderson, del canal de YouTube 3Blue1Brown2
Doy clases de como estudiar. Interesados:
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