Si volviera a opositar ( III )
Quería seguir con esta serie tras las dos primeras publicaciones Si volviera a opositar ( II y Si volviera a opositar ( I ) en las que he tratado de analizar la información que fui recopilando mientras estudiaba la oposición a Ingeniero Industrial del Estado.
Antes de seguir, mi motivación para exponer todo esto no busca que el lector se compare bajo ningún concepto. Simplemente expongo mi camino, por si algunas de las herramientas, o los procesos que he utilizado pudieren servirle a alguien de ayuda o inspiración. Tampoco surge para criticar metodología alguna. Solo pretendo aportar un enfoque quizás distinto, pero sin dejar de insistir en lo personales que son estas cosas, y en lo diametralmente opuesto que me encuentro de la imposición o de la amenaza de fracaso si no se siguen las pautas que doy a pies juntillas. Como todo en la vida, la libertad es fundamental para hacer las cosas con convicción.
Poco más que añadir señoría.
Por resumir un poco si es la primera vez que lees o recibes esta newsletter:
En Si volviera a opositar ( I ) traté de exponer brevemente mis motivaciones para estudiar una oposición, y los métodos de repaso que fui utilizando.
En Si volviera a opositar ( II ) continué con como fue mi camino, y abordé más en profundidad la gestión del tiempo, y que intenté hacer yo.
Ahora, en esta nueva publicación me gustaría seguir describiendo el proceso de estudio que adopté, y que pienso que puede ser de ayuda.
1. Lengua castellana y literatura, y la comunicación 📕.
En el colegio, seguro que cualquiera puede recordar la asignatura de Lengua Castellana y Literatura. Seguro que también, si hace un esfuerzo un poco mayor, podría recordar uno de los primeros (si no el primero) temas del libro de texto cada año:
Tema 1: El lenguaje y la comunicación.
De la introducción del tema tampoco recuerdo de forma muy extensa el contenido, pero quizás podría aproximarse a lo expuesto a continuación:
"Nuestro cerebro constantemente está percibiendo estímulos. Estímulos de toda la información percibida. Nuestros sentidos (oído, gusto, olfato, vista, tacto) nos relacionan con esa realidad sensorial.
Podríamos considerar, en una aproximación un poco simplista, que los estímulos son pedazos de información contenida en mensajes. Los mensajes, a su vez, están codificados, encriptados de acuerdo a un determinado código. Conocer el código empleado es crucial para los interlocutores. Sin este conocimiento mutuo, podría, ulteriormente, perderse el mencionado mensaje."
De importancia tan capital es la comunicación al ser humano, que por ello quizás sea este el primer tema que se estudia cada año en Lengua en el colegio. Es más, los famosos Comentarios de Texto de los que se examina en bachillerato y selectividad (en sus diferentes acepciones: PAU, EVAU, EBAU, PEvAU entre otras muchas) requerían de un conocimiento claro de cuales eran esos elementos de la comunicación ¡Hasta los gurús de comunicación los conocen!
Sin embargo he dejado por el camino algunos elementos más. En la introducción propuesta se ha hablado de:
Mensaje
Código
Interlocutores, conocidos comúnmente como emisor (emite el mensaje) y receptor (lo recibe).
Faltarían, como elementos que conforman el proceso o sistema comunicativo:
El canal: el medio a través del que se transmite el mensaje. En una conversación en persona, el aire actuaría como canal, propagando los sonidos articulados por nuestras cuerdas vocales.
El contexto: la situación comunicativa que envuelve a emisor y receptor.
Alguien podría preguntarse, ¿a qué viene todo esto?
Cuando estudiamos, el mensaje puede ser el tema ante el que nos exponemos, un idioma que queremos aprender o una determinada disciplina. Dicho tema/idioma/disciplina emplea un código determinado, conocido por el emisor, pero que puede ser completamente desconocido para el receptor. He ahí la dificultad del estudio: implica desarrollar una familiaridad con el temario, con la forma de expresarse del autor del tema, con los términos empleados por este y los conceptos que pretende transmitir.
En mi opinión, en el proceso comunicativo es necesaria una armonía de todos los elementos, para que los mensajes puedan transmitirse de forma eficiente entre los interlocutores. Si alguno de los elementos está descompensado, la comunicación tiene muchas posibilidades de fallar.
Pero, ¿cuántas veces están en un proceso comunicativo todos los elementos en sintonía? Quizás muy pocas veces. Quizás incluso podamos vernos limitados por nuestro lenguaje, a la hora de transmitir una idea, o limitados por nuestra falta de experiencia al transmitirla, o bien al intentar comprender al otro, o bien nos encontramos en un momento vital estresante y no recibimos de la misma manera los mensajes de los demás.
Sin embargo, este proceso comunicativo no es estanco y aislado, sino que se encuentra en una constante retroalimentación, y aprovechar esta retroalimentación a nuestro favor, puede ser profundamente transformador, sobre todo en el ámbito del estudio y el aprendizaje.
2. Cambio de planes 📊.
Una vez finalizada esta introducción, aprovecho para contextualizar de nuevo, en relación con mi oposición:
En enero de 2023, recibí la noticia de que había aprobado mi primer examen de la oposición. Los métodos que había estado utilizando, los detallé en Si volviera a opositar ( I ), y puede ser interesante que el lector lo lea si aún no lo ha hecho.
Una vez comunicado el aprobado, tenía que preparar el examen siguiente, en un tiempo aproximado de 7 meses, de los cuales aproveché profundamente 6 (más detallado en Si volviera a opositar ( II ) ).
Esos métodos que discuto en Si volviera a opositar ( I ) no fueron inservibles, pero si claramente muy mejorables. Sobre todo porque me había centrado mucho en el repaso, y poco en el estudio y aprendizaje de un tema por primera vez.
Por tanto, como nos suele pasar a esta generación, cuando tenemos una duda o queremos hacer una consulta sobre algún tema, Internet suele ser clave. Si bien, encontrar algo bueno y valioso puede ser como buscar una aguja en un pajar.
Ni corto ni perezoso, ahí me puse.
Y casi al borde de la desesperación, el algoritmo de YouTube me sugiere un vídeo de un chico que reniega completamente de lo que puse en Si volviera a opositar ( I ) (dejo el enlace por si alguien quisiera verlo) titulado: The PROBLEM with Active Recall and Spaced Repetition (Truth Behind Studying Smarter).
Es decir, un YouTuber aleatorio llevándome la contraria (luego vi que de aleatorio nada, tiene casi medio millón de suscriptores y el vídeo que he puesto, 1 millón de reproducciones).
El principal punto que expone tiene que ver con, siendo el recuerdo activo (active recall) y la repetición espaciada (spaced repetition) técnicas científicamente probadas y muy útiles, no son más que herramientas para repasar. Es preciso previamente hacer un ejercicio de aprendizaje y estudio profundo, para luego acudir a la revisión de forma más eficiente.
Pensaba: "¿y voy cambiar ahora todo lo que llevo haciendo más de un año por este tipo?". Pues evidentemente, no debería. Pero, buscando poder ser algo más eficiente, traté de investigar y dar una oportunidad a su punto de vista.
3. La memoria de trabajo 👷♂️.
¿No has sufrido nunca esa sensación de que estás haciendo algo nuevo, y en general muchas cosas te sobrepasan? Por ejemplo, practicando un deporte nuevo. Tienes muchos nuevos estímulos con los que familiarizarte, y te puedes sentir un poco abrumado con tanta información.
Entre otros autores, destacamos aquí a John Sweller, psicólogo australiano, quien a finales de los 80 formuló la llamada teoría de la carga cognitiva, aludiendo a la dificultad de procesar información nueva. Esta dificultad, defiende el autor, se debe a las inherentes limitaciones de lo que se conoce como la llamada "working memory" o, traducido por un servidor, memoria de trabajo.
En el caso que nos atañe, y aplicando estas ideas al estudio de un tema, imaginemos tener que estudiar por primera vez, y sin conocimientos de derecho constitucional previo, la Constitución Española de 1978. Al leer el tema por primera vez, encontraremos una gran cantidad de información nueva, difícil de interiorizar. En términos generales, podríamos decir que nuestra capacidad cognitiva está al límite, y estaríamos sintiendo una carga cognitiva elevada. Las letras casi dejan de ser letras, y comenzamos a releer una y otra vez la misma línea, buscando que esta sea comprensible. Esa búsqueda nos lleva quizás a ver finalmente, una hoja en blanco con líneas negras muy organizadas que pensábamos que entenderíamos.
Sin embargo, esto no ocurre así con información que nos es muy familiar. Para muchas personas, conocer, actualizar y memorizar año a año todas las plantillas de todos los equipos de primera división puede ser una tarea muy fácil, o bien la parrilla de pilotos de fórmula 1, o el nuevo plantel de ministros de un nuevo gobierno, o la nueva colección ofrecida por una determinada marca de moda, o los nombres de los personajes de una nueva serie, o aprenderse las películas nominadas para los Óscar un año concreto. Es decir, información relacionada con los gustos y aficiones de cualquier ser humano, que respiran una relación más profunda con aquel que las quiere memorizar. O bueno, no que las quiera memorizar, sino que naturalmente interioriza esa nueva información casi sin esfuerzo.
En sus trabajos, John Sweller apela a los formadores, educadores de cualesquiera disciplinas, que traten de reducir la carga cognitiva de los contenidos a enseñar. Considero preciso antes de avanzar, recoger los tres tipos de carga cognitiva que se reconocen generalmente en el ámbito académico:
Carga cognitiva intrínseca ("Intrinsic Cognitive Load"): esfuerzo cognitivo relacionado con la dificultad de un concepto.
Carga cognitiva extrínseca ("Intrinsic Cognitive Load"): esfuerzo cognitivo producido por aquella información que no es relevante para lo que estamos aprendiendo o innecesaria. Puede dificultar el aprendizaje.
Carga cognitiva relacional ("Germane Cognitive Load"): esfuerzo cognitivo producido por la memoria empleada para procesar la nueva información y sus relaciones entre sí.
4. La memoria a largo plazo 📝.
La imagen siguiente creo que es muy apropiada (la he sacado de este enlace, por si acaso: Cognitive Load Theory contiene también más información acerca de lo que se discute en esta publicación).
En esta, se ve claramente el concepto de memoria de trabajo, y, aunque no sale señalado, la dificultad de introducir un número elevado de "stuff to be learned" dentro de nuestra más amplia memoria a largo plazo ("Long-term memory").
La carga cognitiva podríamos decir que actuaría de embudo, limitando los fragmentos de información nueva que podemos incorporar a nuestra memoria a largo plazo.
Con esto, me gustaría también rechazar por completo cualquier consideración peyorativa o negativa de la carga cognitiva. Creo, que el conocimiento de este concepto puede ayudarnos sumamente en el aprendizaje de cualquier materia. No deja de ser un reconocimiento de nuestros propios límites de acceso al aprendizaje.
¿Cuál es la carga cognitiva de cada persona y cómo se puede medir? Pues sinceramente, habrá literatura académica que quizás pueda responder a esta pregunta de la forma más genérica posible.
Si queremos hacer una pequeña aproximación, coge un texto de un contenido que sea completamente ajeno a ti. Un texto largo. Un capítulo de un libro en formato ensayo podría ser interesante. Que el contenido sea difícil, pero no imposible. Trata de leerlo con atención durante un tiempo de 20 minutos, y al terminar ese tiempo trata de responder a lo siguiente:
¿Qué acabo de leer? ¿Qué información de valor contiene el texto? ¿Qué ideas principales quiere transmitir el autor? ¿Qué interrelación tienen estas ideas?
Y ahora llega el momento de la sinceridad: ¿he comprendido bien el texto? ¿He logrado identificar esas ideas principales? ¿He conseguido visualizar las interrelaciones? Entiendo que quizás el texto que hayas seleccionado no sea el óptimo, o que el rato de lectura no haya sido a la hora adecuada. Sin embargo, quizás esta primera sensación pueda servir de guía a la hora de identificar cuando el contenido quizás nos supere.
Termino este punto volviendo a la imagen del principio del apartado. En su momento me pareció muy esclarecedora. Es decir, es cierto que he de repasar. Pero en la medida de lo posible me gustaría hacerlo de la forma más eficiente. Esto no es recordarlo todo siempre al cien por cien, sino tener clara mi "estantería mental" para recolocar posteriormente los pedazos de información olvidados, o incluso añadir nueva información valiosa a esta "estantería mental". De forma que, el día del examen, el tema que me toque me resulte familiar, y sepa reconocer los esquemas que he construido mentalmente, para que así la memorización que he efectuado sea servible.
5. Conceptos 🔎.
Llegó el momento de la verdad.
Hemos identificado a grandes rasgos como nuestro cerebro se comporta a la hora de aprender. Como nuestra carga cognitiva tiene unos límites y puede friccionar con ese proceso de aprendizaje. También, a tenor de la carga cognitiva extrínseca, hemos de retirar toda la paja del temario (si la hay), para no perder tiempo tratando de comprender información innecesaria.
¿Cómo comenzar el estudio de un tema nuevo?
Bien. Os relato mi caso, aplicando lo que he intentado explicar:
Una primera lectura es fundamental para comenzar a estudiar un tema desde el principio. Así es como comenzaba yo mi sesión. La primera media hora que dedicaba a un tema, lo leía. Esa lectura consistía en lo siguiente:
Primera lectura: leía los títulos de los epígrafes. Esto parecerá una tontería, pero creo que es bastante importante. El examen oral que estaba preparando, en mi caso, suponía el responder a los epígrafes de un tema en concreto. Expongo un ejemplo a continuación, en el que cada uno de los epígrafes está delimitado por un punto y seguido:
Segunda lectura: una vez identificados los epígrafes, comenzaba con la lectura del tema. Mi objetivo, una vez finalizada la lectura, era tapar el tema completamente y quedarme con los epígrafes, que es la única información que tendría en el examen oral. Una vez con el tema tapado, tenía que intentar recordar todos aquellos conceptos de mayor orden que había leído. Es decir, aquellos conceptos principales que enarbolan el tema.
Para mí esto es muy importante, y los conceptos de carga cognitiva en sus diferentes variantes me ayudaron mucho.
Al igual que una casa nunca se construye por el tejado, el aprendizaje nunca se comienza por aquellos conceptos de mayor dificultad o más elevados.
En otras disciplinas que no sean académicas quizás se vea más claramente: en ningún caso se enseña a hacer surf cogiendo desde el primer día olas de 2 metros con una tabla de fibra de vidrio. Es preciso asentar unos fundamentos que pueden interiorizarse con mayor o menor rapidez, pero que son necesarios para seguir avanzando y progresando.
Personalmente, tras esa segunda lectura, y para que me fuese más fácil concentrarme, trataba de coger una hoja en blanco o una libreta, y esquematizar brevemente esas ideas principales y explicarlas para mi mismo en voz alta. Cualquier duda, o información que no tenía clara solía dejarla en blanco con el símbolo "(...)", expresando esa falta de completitud.
Al principio me resultaba un poco estresante perder tanta información, y no saber responder a todos los epígrafes o perder algún dato importante. Quizás por ese afán de perfeccionismo que a muchos nos persigue, heredado casi del mismo colegio por querer estudiarnos las cosas al dedillo y no fallar en nada. Poco a poco traté de vivir con esa incomodidad, que nunca me resultó agradable, pero esta fase la reconozco ahora como crucial, pues consiste en construir los cimientos del tema a estudiar.
¿Cómo consolidar adecuadamente esos cimientos? Es decir, ¿cómo nos aseguramos de que la memoria de trabajo está asimilando esos conceptos principales y sencillos, y pueden ir pasando lectura a lectura a la memoria a largo plazo?
Quizás algún día pueda dedicar una publicación a mnemotecnia y reglas de memorización, aunque estas puedan ser más útiles para datos puros con difícil conexión con los conceptos estudiados (por ejemplo, la cifra de negocio o facturación de un sector industrial en millones de euros, o el número de trabajadores que emplea un determinado sector o subsector). En el caso de estos cimientos, esos conceptos principales puedan asentarse correctamente cuando los relacionamos con conocimiento preexistente en nuestra memoria, ya sea este conocimientos en alguna determinada materia, experiencias pasadas, recuerdos muy vívidos en la memoria. Una relación que puede ser de adición, complementaria o de contraste.
Por poner un ejemplo, en el caso del tema 6 de política minera que he mostrado: el epígrafe de Artículos Pirotécnicos y Cartuchería siempre me recordó a una tienda de artículos pirotécnicos bastante famosa ubicada en el pueblo en el que vivo. Quizás no sea una descripción detallada de la regulación específica que aplica a estos artículos en España, pero sí que me permite hacer esa información más familiar y asequible.
Igual no es fácil encontrar apoyos así para todos estos grandes conceptos a memorizar, si bien, en aquellos casos que tengamos oportunidad siempre es más fácil recurrir a nuestros propios recuerdos para facilitar el aprendizaje y construir unas bases sólidas y fáciles de incorporar a nuestra memoria a largo plazo.
6. Construcción 🧱.
Bien, ya hemos realizado dos lecturas sobre el tema, y ,en un mundo ideal, tenemos las ideas principales interiorizadas, integradas en nuestros propios esquemas mentales. Es hora de construir e ir profundizando en el detalle de cada apartado.
A partir de las ideas principales, incorporar nuevas ideas o conceptos más complejos debería a priori resultarnos más sencillo.
La construcción requiere, en cualquier caso, de esas fases de lectura comprensiva y la revisión con la hoja en blanco, forzando a nuestra mente a recordar el contenido de forma activa (es decir, aplicando el llamado “Active Recall” que indiqué en Si volviera a opositar ( I )). Poco a poco iremos construyendo las conexiones neuronales en nuestro cerebro, para el correcto estudio del tema, y preparando un repaso más sistemático.
Como siempre, el flujo de retroalimentación es clave en este proceso. Es decir, tratar de recordar activamente, identificando aquellas áreas del contenido que quedan más en blanco, y finalmente revisar esas áreas más débiles o errores en la comprensión que hayamos podido tener.
7. Mapas mentales y su aplicación 🗺️🧠.
En este proceso de construcción vuelvo a incidir en la importancia de los mapas mentales para mí.
Un mapa mental es una representación gráfica de las ideas principales de una determinada materia, y las interrelaciones existentes entre ellas. Para mí era una buena forma de identificar como de bien conocía el contenido del tema, y ver las posibles fallas en la memoria que podía tener.
Además, me venía bastante bien con vistas al examen oral: este examen consistía en un sorteo de tres temas de noventa posibles, y cantarlos en un tiempo total de una hora. Para cantar, el examinando dispone de los epígrafes que componen los temas seleccionados, y debe de responder a estos de la forma más completa aportando un número de datos razonable. Previo al cante, se dispone de un tiempo de 20 minutos para elaborar un esquema de lo que se va a exponer.
La forma del esquema es completamente libre. Sin embargo me venía bien emplear este formato de mapa mental a la hora de practicar como hacerlos.
Pongo a continuación unas fotos de los mapas mentales que fui elaborando mientras estudiaba los temas del examen oral (perdón por si mi letra no se entiende muy bien):
Esta es una primera aproximación al tema. Primera lectura e información principal que recuerdo. En rojo, una corrección de las cosas más importantes que había olvidado.
Aquí un esquema ya con colores de los diferentes puntos del tema, tras varias lecturas. Momento en el que se encuentra uno preparado para cantar.
Un esquema varios días después de lo que recordaba del tema. En rojo, los puntos que me faltan y en los que tengo que poner más énfasis cuando repase.
8. Conclusiones 💡.
Para terminar, unas conclusiones por si volviera a opositar:
El proceso de estudio que finalmente adopté podría definirse a partir de las dos etapas siguientes:
Adquirir la información.
Repasar la información.
En el punto 2, es fundamental recurrir al concepto de la curva del olvido. Es decir, espaciar los repasos para garantizar una mayor prevalencia en el tiempo del contenido estudiado en la memoria. Luchar con las armas que tenemos frente al constante esfuerzo de nuestra mente de liberar espacio y olvidar.
En el punto 1, se recoge el proceso de aprendizaje, la carga de información nueva en nuestro cerebro. Para mí fue crucial reconocer los procesos mentales que sigue este "adquirir información", para finalmente implementar aquella secuencia de actos que me parecían más lógicos:
En primer lugar, emplear la lectura para conocer por primera vez el tema.
A partir de esa primera lectura, tratar de extraer los conceptos fundamentales.
Emplear una segunda lectura para ir profundizando en los conceptos principales y generando las conexiones entre las ideas del tema.
Aplicar un proceso de retroalimentación en el que me expongo a mí mismo (o a otros, idealmente si se pudiese) lo que he aprendido, y trato de identificar aquellos errores o áreas en blanco que pueda tener del contenido estudiado. Enseñar una materia siempre ayuda a afianzar los conceptos que estudiamos
Esta técnica que expongo no es creación mía ni mucho menos: podría considerarse como una adaptación del método expuesto por el famoso físico Richard Feynman, el cual consideraba de suma importancia simplificar los conceptos "como para que los entendiese un niño de 5 años", y aplicar este proceso de retroalimentación.
Creo que podría ser un tema interesante para otra publicación, como, en la actualidad, las herramientas que nos ofrece la inteligencia artificial pueden ser extremadamente útiles para el estudio. La capacidad de síntesis, captura de ideas principales, esquematización, generación de preguntas que nos ofrecen aplicaciones como el mismo Chat GPT pueden transformar la forma en que los estudiantes se aproximan a los temas que tienen que estudiar.
Por tanto, estudiar y repasar. Lo de toda la vida vaya. Pero, para mí, haciendo más sistemático el estudio y el repaso. Uno de los problemas que quizás enfrenté en muchas fases de la oposición fue el desasosiego, o la falta de herramientas a la hora de estudiar. No saber a qué agarrarse cuando uno está atascado. Sin embargo, cuando fui indagando en estos temas, pude ir construyendo un proceso que a mí me era útil, y que me permitía reencontrarme en aquellos momentos que no sabía por donde seguir, o que no me cundía. Sabía que si tenía esa sensación, podía siempre recurrir a la lectura y a escribir en un papel lo más importante que había captado de ese texto, y construir a partir de ahí.
Como siempre, todo esto es una sugerencia. A mí me funcionó. Si te encuentras algo perdido, intenta aplicarlo. No hace falta que estés estudiando una oposición. Yo creo que es un sistema bastante genérico, que a cualquier estudiante puede ayuda
Como siempre, gracias si has llegado leyendo hasta aquí.
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Mil gracias!
Abrazos,
JASU