Opositar y el interés compuesto.
Algunos atribuyen la siguiente cita sobre el interés compuesto a Albert Einstein.
"El interés compuesto es la octava maravilla del mundo. El que lo entiende gana dinero, el que no lo pierde."
Más allá de la veracidad de esa atribución me gustaría reflexionar hoy brevemente acerca de este concepto y como puede ayudar a cualquier estudiante/opositor en su ardua tarea.
#El índice de hoy
¿Qué es el interés compuesto? 💸
El efecto temporal. 📈
El interés compuesto para un opositor. 📚
Algunas ideas 💡.
✍️ La cita de la semana.
1. ¿Qué es el interés compuesto? 💸
Imagina que un día te levantas y decides romper la hucha del cerdito que con tanto mimo has cuidado. Has ahorrado moneda a moneda, billete a billete durante un tiempo razonablemente largo. Rompes la hucha, cuentas. Dentro del cerdito había un total de 100€ ahorrados. No está nada mal.
Ahora, decides lanzarte a coger esos 100€ e invertirlos en bolsa.
Ojo, este es un caso ultra hipotético. La vida no es tan fácil como muestro en este ejemplo. Es meramente ilustrativo del concepto de interés compuesto, para nada real, no vayas a invertir dinero y a echarme la culpa a mí por instigador y difundidor de falacias.
Si a alguien le interesan estos temas, hay un enlace que si recomiendo y es el de la Guía Bogleheads.
Resulta que inviertes esos 100€ en un activo que da una rentabilidad anual del 10%.
Me gustaría hacerte una pregunta: ¿qué dinero tienes al final del segundo año en total?
Coge papel y boli, piénsalo un momento. Si dices que son 120€ ya te aviso de que te has equivocado.
¿Por qué?
Al final del primer año, como consecuencia del 10% de rentabilidad, obtendrías 10€ sobre los 100 invertidos. La gracia del interés compuesto implica la reinversión de los intereses ganados. Es decir, esos 110€ vuelven a tener una rentabilidad del 10% anual. De forma que, al final del segundo año, obtengo un 10% de rentabilidad sobre el dinero obtenido al final del primer año. Esto son 121€ (el 10% de 110 más los 110 que ya tenemos).
121€ al final del segundo año. Interesante, ¿no? Para mí desde luego. Una plusvalía de 21€ sobre los 100 que invertí al principio. Pero más importante que esta plusvalía para mí es que el tiempo, en este caso, puede estar a nuestro favor.
2. El efecto temporal. 📈
Hasta ahora hemos valorado dos años pero, ¿y si pensásemos más a largo plazo? ¿A más años vista?
El resultado es más fascinante todavía. A pesar de que es impensable encontrar algo que nos pudiese dar una rentabilidad anual del 10%, si seguimos con nuestro ejemplito, reinvirtiendo los intereses al final de cada año obtendríamos, al final del año tres, 133,1€.
Pero, ¿y si mirásemos más a futuro?
Por ejemplo, el año 9. Estaríamos hablando de 235,8€.
Al final del año 10 andaríamos por 259,4€.
Al final del año 15, por 417,7€.
Al final del año 20, por 672,75€.
Al final del año 30, 1744,94€.
Y si alcanzásemos al año 50 (por ejemplo) estaríamos hablando de la friolera de 11.739,1€. Nada mal. 100€ en el año 1 pueden equivaler a un reloj caro en el año 50.
Con este ejemplo solo quería ilustrar el efecto favorable que el tiempo produce en 100 eurillos ahorrados cuando la rentabilidad es positiva.
Pero pienso que este efecto de interés compuesto no solo podemos utilizarlo para capitalizar nuestros ahorros.
3. El interés compuesto para un opositor. 📚
Imagina ahora que en vez de tener 100€ tuvieses 100 minutos. ¿Qué intentarías hacer con ellos?
Evidentemente, no vamos a poder conseguir 110 minutos una vez transcurran esos 100. Pero, sin embargo, nuestros hábitos si pueden determinar hacia donde nos dirigimos en los meses siguientes.
Cuando estuve opositando no tenía muchas cosas claras. Pero sí una. Todos los días iba a estudiar un poco. O prácticamente todos. Habría días que después de trabajar dispondría de más tiempo. Habría días que menos. Pero todos los días dedicaría tiempo a la oposición, a los temas y a repasar conceptos.
Es decir, ese estudio diario era mi forma de acumular intereses para el estudio. Un hábito diario con el que sabía que, si lo mantenía, podía llegar lejos seguro. No sabía si exactamente para aprobar la oposición, pero seguro que para pelear por aprobar.
Fue fundamental para mí un enfoque o mentalidad que ahora pongo en palabras. He visto que algunos expertos lo llaman una mentalidad de crecimiento.
Leía el otro día este punto en Make it stick (Haz que se pegue, en español) un libro en el que se revisan muchos métodos habituales de estudio, se tiran por tierra muchos mitos acerca de como estudiar y se proponen técnicas probadas científicamente. Merece la pena una pequeña pasada sobre los puntos principales.
Me recordaba el tema de hoy a uno de sus capítulos en los que se define esto de “mentalidad de crecimiento”. En esta sección específicamente se menciona el trabajo realizado por la psicóloga Carol Dweck sobre una clase de séptimo grado en un colegio de Nueva York.
La principal conclusión que arroja el trabajo es lo importante que es inculcar en los alumnos esta mentalidad, incidiendo y ahondando en que su capacidad intelectual no es fija sino dinámica. No están predestinados a que le cuesten siempre más los estudios a aquellos alumnos que tienen más dificultades. Sería esto de un determinismo exagerado. En gran medida, nuestra capacidad intelectual depende de nosotros mismos.
¿Cómo es esto y qué relación tiene con el interés compuesto?
Nuestro cerebro genera y fortalece las conexiones neuronales a medida que intenta incorporar información nueva o repasarla. Pero para ello requiere de esfuerzo. Un esfuerzo cognitivo que supone olvidarse de repasar leyendo o subrayando e intentar recordar la información memorizada, por poca que creamos que sea, sin ningún apoyo más que nuestra memoria. Es así como se generan las nuevas conexiones y como se fortalecen.
Si acabas de empezar a preparar un examen o una oposición, si tienes mucha materia nueva que memorizar, al principio puede parecer que con un método así no te sientes tan productivo como cuando subrayas con varios colores. Sin embargo, en el largo plazo, a medida que vas generando conexiones nuevas, es más fácil incorporar nueva información.
¿Por qué es esto? El punto principal que expone el libro tiene que ver con como nuestro cerebro acomete el aprendizaje, sirviéndose principalmente de las ideas, datos y mecanismos que ya tiene disponible e interiorizados. De forma que, a medida que se van añadiendo nuevas capas a nuestra memoria, somos capaces de adquirir nueva información de forma más rápida.
Creo que a casi cualquier opositor podría confirmar que le fue más fácil estudiar los últimos temas que le quedan de un determinado bloque que los primeros de ese mismo bloque. Principalmente por ese conocimiento y esas nuevas relaciones que tiene a su disposición. Del mismo modo que cuando alguien empieza en un nuevo trabajo sus primeras tareas no son resolver los problemas del CEO sino familiarizarse con su entorno, sus herramientas de trabajo y los mecanismos del equipo en el que va a estar, así también funciona nuestro cerebro, construyendo la memoria desde los cimientos más básicos.
Por tanto...
4. Algunas ideas 💡.
El estudio eficiente y esforzado de hoy es trabajo que te quitas para el futuro. Interiorizar bien los conceptos la primera vez que los aprendemos es fundamental para los posteriores repasos. Es así como crearemos conexiones neuronales más fuertes que en el pasado.
Las nuevas conexiones neuronales de hoy generarán nuevas vías para el aprendizaje del futuro. Y por ende, nuevas conexiones neuronales. Esta forma de enfocar el estudio creo que es bastante atractiva. A través de una mentalidad de crecimiento, seremos más conscientes de que el trabajo que realizamos hoy es provechoso para las siguientes sesiones de estudio. En vez de entrar en un círculo vicioso de "no me cunde, no voy a llegar", podríamos entrar en un círculo virtuoso de "esto que estoy aprendiendo ahora, lo puedo relacionar con algo que he aprendido ya y probablemente lo pueda relacionar con algo que aprenderé más adelante".
En mi opinión, creo que es un claro ejemplo de como podemos beneficiarnos del interés compuesto aplicado al estudio. Generar ideas, contrastarlas, complementarlas, sustituirlas, para así ir produciendo modelos mentales en los que incorporar nuevas ideas.
Poner sobre la mesa otro punto importantísimo: si estudias todos los días, el tiempo está a tu favor. Puede que las fechas aprieten, que pienses que no llegues al primer examen de la convocatoria. Sin embargo, si eres constante, si aplicas un método de estudio adecuado, el tiempo te puede favorecer. Cada día estás generando ganancias a través de la consolidación del temario ya estudiado y facilitando el estudio del temario que te queda por estudiar.
Finalmente, el mensaje lanzado por Carol Dweck en el estudio de los alumnos de Nueva York: nuestra inteligencia no está fijada. No estamos determinados. Podemos tener más dificultades. Ser listo en muchos casos puede ser resultado de un talento natural. Sin embargo, en muchos otros (por no decir el 99% de ellos) ser inteligente, llevar todos los temas muy bien preparados, es la consecuencia de mucho esfuerzo y dedicación. Y ya en otro porcentaje estaríamos los que aun con esfuerzo y dedicación nos cuesta hasta freír un huevo.
5. ✍️ La cita de la semana.
La razón de por qué las personas tenemos buenas ideas en la ducha es porque es el único momento del día en el que estamos lo suficientemente alejados de las pantallas para pensar con claridad. La lección no es darse más duchas, sino tener más tiempo para pensar.”
James Clear, compartido en Twitter.
James Clear es el autor de un libro que está bastante de moda: Hábitos atómicos. Tiene también una newsletter en la que comparte algunas ideas. Esta de hoy la recojo de ahí.
Yo soy de esos que tienen las mejores ideas en la ducha o antes de dormir. Últimamente trato de escribirlas en un papel.
Gracias por haber leído hasta aquí.
En primer lugar, si crees que podrías sacar más de tu estudio y no sabes como, estoy aquí para ayudarte. Quería empezar como mentor de opositores y estudiantes de todo tipo. A mí creo que me cundía el tiempo estudiando y trabajando. Si te interesa, para DM:
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