Dustin Hoffman estaba sentado en su sitio en el Shrine Civic Auditorium de Los Ángeles el 29 de marzo de 1989. Escuchaba atentamente a Michael Douglas, quien presentaba el premio a mejor actor de la gala de los premios Óscar de aquél año. Gene Hackman (recientemente hallado muerto junto a su mujer, por cierto), Tom Hanks, Max von Sydow y Edward James Olmos eran los otros competidores de la estatuilla. Finalmente, Michael Douglas, tras las protocolarias presentaciones, abrió el sobre y proclamó a Dustin Hoffman como ganador del Óscar a mejor actor por su papel en Rain Man.
El señor Hoffman se levantó de su sitio, aplaudido por todo el auditorio, y recogió su premio. Llegó el turno de los agradecimientos. Entre las personas a las que citó, habló de Kim Peek.
Kim Peek fue una de las principales inspiraciones de los productores de la película y del mismísimo Dustin Hoffman para el protagonista de la película Rain Man.
¿Qué tenía este hombre de particular para que alguien quisiese inspirarse en él para hacer una película?
I.
Kim Peek nació en el año 1951, en la ciudad de Salt Lake City, del estado de Utah en Estados Unidos. Ya desde su nacimiento, los médicos observaron diferentes anomalías en el pequeño Kim e instaron a sus padres, Jeann W. Buchi y Frank Peek a internarlo en una institución psiquiátrica, debido al potencial retraso mental que podría padecer. Los padres, se negaron rotundamente a ello.
Kim Peek nació con macrocefalia, daño en el cerebelo y agenesia del cuerpo calloso. Para que no tengas que buscarlo en la wikipedia, ya te lo busco yo:
Macrocefalia: alteración en la cual la circunferencia de la cabeza es más grande que el promedio correspondiente a la edad y el sexo del bebé o niño.
Agenesia del cuerpo calloso: muy interesante. Se trata de la no formación del cuerpo calloso, estructura que permite la conexión entre ambos hemisferios del cerebro (si no he entendido mal)
Cuentan que la macrocefalia impidió a Kim andar hasta muy avanzada edad. No obstante, mucho antes que andar, Kim aprendió a leer mucho antes.
Su padre, Fran Peek, contaba que entre los 16 y 20 meses, Kim ya era capaz de leer y memorizar libros, hasta dejarlos boca abajo encima de la mesa como signo de haberlo terminado.
II.
La capacidad de lectura desarrollada por Kim a lo largo de su vida fue fascinante. Dada esa separación de los dos hemisferios, disponía de la capacidad de leer dos páginas de forma simultánea, absorbiendo la información en ella contenida con un porcentaje altísimo de retención (cercano al 100%).
Además de la retención, la velocidad de lectura también era asombrosa. En poco más de 10 segundos, Kim podía leer dos páginas de un libro a la vez.
Esto le llevó a disfrutar mucho de la biblioteca de Salt Lake City, lugar al que acudía casi todos los días acompañado de su padre.
¿A qué se debía esta capacidad inaudita de Kim para leer y memorizar información a raudales? Los expertos catalogaron su condición como el llamado síndrome del sabio. Se trataba de una afección que generaba unas capacidades mentales muy por encima del promedio para, por ejemplo, la realización de cálculos mentales, la memorización o la interpretación de mapas, entre otros.
A pesar de estos increíbles dotes, la realidad de Kim fue relativamente difícil en sus primeros años. Además de esas dificultades para aprender a andar, ciertas habilidades motores resultaron muy difíciles para él, como la simple tarea de abotonarse una camisa (quizás debido a su dañado cerebelo).
Durante su etapa adulta, Kim percibió un salario semanal de $40 a la semana por completar las nóminas de casi 100 empleados de la escuela pública de uno de los distritos de Salt Lake City.
III.
¿Qué opositor o qué estudiante no querría una habilidad así? Leer con cada ojo una página distinta y recordar el 98% de lo que uno ha leído. Una habilidad útil seguro que es. Sin embargo, Kim encontraba serias dificultades, por ejemplo, en la comprensión y resolución de problemas.
Roger W. Sperry y Michael Gazzaniga fueron de los primeros científicos en estudiar este fenómeno de la agenesia del cuerpo calloso en humanos. Entre sus observaciones se destacaban los impactos en la toma de decisiones o posibles trastornos de personalidad múltiple. Este trastorno de la personalidad parecía no ser observable en Kim.
La clara división entre ambos hemisferios de Kim también sugiere que quizás desarrolló el lenguaje plenamente en ambos hemisferios. Yo no sabía que el lenguaje es procesado en algunas zonas de la parte izquierda de la cabeza. De forma que, si leemos algo con nuestro ojo izquierdo, esa información acabará en el hemisferio derecho y luego tendrá que trasladarse al hemisferio izquierdo a través del cuerpo calloso. Parece que el cerebro de Kim no funcionaba de esa manera, habiendo desarrollado un centro de lenguaje en cada hemisferio. Es así como cada ojo podía leer una hoja distinta y almacenar la información de manera más eficiente.
También me ha resultado interesante saber que el cerebro transfiere información de forma indirecta a través de ciertas áreas o regiones subcorticales. Y que probablemente el cerebro de Kim Peek desarrollase aún más esas regiones subcorticales para la transmisión de la información, a falta de cuerpo calloso. Algunos marsupiales australianos como el canguro, presentan esta condición en la que la transmisión de información entre hemisferios se realiza mediante caminos subcorticales, al carecer también de cuerpo calloso. Esta teoría ganaba peso en la búsqueda de explicaciones del cerebro de Kim Peek, al ser capaz este de poder concentrar toda la información y ordenarla en su cabeza, recordando libros completos y no libros con las páginas impares o impares en blanco.
IV.
La historia de cómo Kim se convirtió en la inspiración para la película Rain Man, daría prácticamente para otra edición de JASU. Pero, por resumir un poco, todo lleva al guionista de la película: Barry Morrow.
La historia de Barry Morrow es la historia de un hombre que, junto a su mujer Beverly Lee McKenzie Morrow, demostró durante toda su vida un cariño especial por las personas con discapacidad. En especial, aquellas que presentaban trastornos del espectro autista.
Fue en una convención en el año 1984 en la que Barry Morrow conoció a Kim Peek. Su encuentro derivó en la película que hoy conocemos y en el Óscar no solo de Dustin Hoffman, sino también de Barry Morrow al mejor guion original.
Inmediatamente después de terminar la gala, Barry cedió su premio a Kim. Le dijo que quería que la estatuilla se la quedase él, para que la pudiese enseñar a todo el mundo al que conociese durante los próximos años. Fue así como el Óscar a mejor guion original de Barry Morrow se convirtió en el Óscar con mayores kilómetros recorridos de la historia y en la “estatuilla más querida”.
✍️ Cita de la semana.
Fran Peek decía de su hijo que tenía una personalidad cálida y cariñosa. Sentía una preocupación auténtica por las personas y gustaba de poder compartir datos, anécdotas y sus demás habilidades con los demás.
Fran y Kim constituyeron una dupla indivisible durante toda su vida. Un padre que pacientemente acompañaba a su hijo y le ayudaba con sus dificultades motoras.
Las metáforas no eran el fuerte de Kim Peek. Esa forma de expresión era inabarcable para nuestro sabio de hoy. Sin embargo, alguno de los documentales que circula por YouTube recoge la siguiente frase:
“Mi padre y yo compartimos la misma sombra”
Kim Peek
Hay gente que piensa que quizás Kim solo repetía una frase que alguna vez escuchó a alguien. No obstante, me parece una bonita forma de ensalzar la relación que padre e hijo mantenían.
Contesta al correo. Te leo!
Además, se aceptan comentarios:
Y si crees que a alguien le puede gustar, ¡compártelo!
JASU (haz click)
📚 REFERENCIAS
Un pequeño documental de Kim Peek (en español):