Bromas aparte.
Hace unas semanas Roger Federer ejerció de padrino de la promoción del año 2024 de la universidad de Darmouth.
Darmouth está ubicada en Hanover, en el estado de New Hampshire, en Estados Unidos.
¿A qué se debió está aparición del ex-tenista suizo en la ceremonia de graduación del año 2024? Parece ser que la hija del que ha sido su agente durante prácticamente toda su carrera (Tony Godsick) se graduaba. Agente y amigo, según el mismo Roger reconoce.
Le pidieron el favor y a ello que se lanzó.
Viendo el vídeo, Roger Federer comparte muchas reflexiones, de entre las cuales, alguna coincide con las que he ido compartiendo en esta newsletter. Hoy me gustaría detenerme un poco sobre ellas.
# El índice de hoy
“Sin esfuerzo… es un mito”.
“Es sólo un punto”.
“La vida es más grande que la pista”
✍️ La cita de la semana.
1. “Sin esfuerzo”… es un mito.
La gente solía decir que jugaba casi sin esfuerzo. La mayoría de las veces lo decían como un cumplido... Pero solía frustrarme cuando decían: “¡Apenas sudaba!”
O "¿Lo está intentando siquiera?"
La verdad es que tuve que trabajar muy duro... para que pareciera fácil.
Pasé años quejándome... maldiciendo... lanzando mi raqueta... antes de aprender a mantener la calma.
En general, los éxitos no llueven del cielo como gotas de agua. Detrás de muchas grandes hazañas se esconden inmensurables horas de esfuerzo y dedicación.
Es también el caso de un talento tan generacional como el de Roger Federer.
Comenta en el discurso que un rival en unas declaraciones al principio de su carrera, puso en entredicho su disciplina y su concentración: “Roger será el favorito durante las dos primeras horas pero, una vez pasen las dos horas, seré yo el favorito”.
¿A qué se refiere con esto?
El suizo reconoce que al principio de un partido todo es más fácil: la cabeza está más lúcida, las piernas más fuertes, la energía en sus máximos… Sin embargo, según va pasando el tiempo, la concentración puede empezar a fallar y la disciplina cae cuesta abajo y sin frenos.
Por tanto, Roger se dio cuenta de que, a pesar de su enorme talento, mucho tendría que trabajar para poder estar a la altura de los más grandes.
¿Quién no ha experimentado una sensación así en su vida? Especialmente un opositor. Los comienzos suelen suponer un subidón de motivación por lo rápido que piensas que avanzas. Pero cuando llega el día del primer repaso y te das cuenta de lo mucho que has olvidado de aquella primera vez que te estudiaste ese tema, de los muchos temas que te quedan por delante y de lo frágil que aparenta ser tu memoria, puede que sientas la mayor de las flaquezas.
Una oposición es dura. Es cierto. A nadie se le ocurre pensar que alguien haya aprobado sin esfuerzo. Pero si se nos puede pasar por la cabeza que alguien tenga más facilidad para estudiar o para retener la información. Y, aún no siendo falso ni mucho menos, no resta un ápice el esfuerzo que los “que más facilidad tienen” han de poner sobre la mesa.
Porque el talento importa. Pero su definición es amplia (tal y como dice el bueno de Roger): en tenis, una derecha con muchísima velocidad es un talento. Pero también lo es la disciplina. O confiar en uno mismo.
Igual que en una oposición.
Cada uno tiene sus talentos y ha de trabajar a partir de ellos.
2. “Es sólo un punto”.
Puedes trabajar más duro de lo que creías posible... y aun así perder. A mí me ha pasado.
Aquí, a Federer le llegó el correo de hace unas semanas: Perfeccionista / Perseverante. Comenta en el discurso que, aun habiendo ganado el 80% de los partidos que disputó en su carrera, sólo necesitó ganar el 54% de los puntos que jugó.
Para él, fue importante entender que perder un punto no es para tanto. Sobre todo desde la perspectiva de que, cada punto que ganaba, significaba que, con bastante probabilidad, el siguiente lo podía perder.
Por tanto, Federer reconoce haber aprendido a lidiar con esas derrotas.
En cada punto, intentar dar el máximo de sí mismo. Pero una vez hubiese terminado el punto, no era necesario hundirse en la derrota.
Es sólo un punto. “Energía negativa es energía malgastada” dice el suizo.
Las derrotas es importante encajarlas y sufrirlas. Pero, una vez que han ocurrido, hay que levantarse y seguir. Aprender de los errores y trabajar más inteligentemente.
3. “La vida es más grande que la pista”.
También es una lección de humildad llegar a la zona rural de Zambia y tener que explicar qué es realmente el tenis... Recuerdo vívidamente haber dibujado una cancha de tenis en la pizarra para que la vieran los niños, porque les pregunté qué era el tenis y un niño dijo: "es uno con la mesa. El que se juega con las palas, ¿no?”
Espero que te puedas identificar con la siguiente pregunta si estás opositando:
“Ah, que estás opositando a …«insertar oposición aquí»... ¿y qué es lo que hace un …«insertar oposición aquí»...?”
Hay casos en los que está más claro para qué se oposita: policía, profesor, bombero…
Sin embargo, hay otros cuerpos a los que nos puede resultar bien difícil explicar que es lo que hacemos a alguien muy ajeno a la administración.
Y lo peor es que luego nos sienta mal esa pregunta, porque no sabemos bien como contestarla. Grosso modo, es como el niño de Zambia que no sabe quien es Roger Federer.
Creo que estas preguntas pueden convertirse en ocasiones edificantes. Al final, nos damos mucha importancia a nosotros mismos con lo que hemos estudiado, lo que hemos hecho… Cuando se estudia una oposición, uno se encuentra en una situación muy autorreferencial. Es por ello que, preguntas de personas ajenas al mundillo, pueden ser una ocasión para aligerar la carga que podemos llevar sobre los hombros. El reconocer que “nada es tan terrible”.
Esta anécdota de Federer con el niño de Zambia me recuerda a una historia que cuenta un gran peleador de artes marciales mixtas, George Saint Pierre. Él reconoce en muchas entrevistas que el día de la pelea siempre se encontraba con muchos nervios y le costaba mucho controlarlos. Le pesaba mucho la posibilidad de que todo el trabajo y el esfuerzo de los entrenamientos se “desperdiciasen” en una derrota.
Para poder lidiar mejor con esta sensación, George Saint Pierre antes de cada pelea se montaba en un coche y conducía por la ciudad. En esos trayectos se fijaba en las personas que caminaban por la calle y trataba de ponerse en su piel mientras las observaba. Imaginaba a cada uno de los viandantes con sus propios problemas, sus propias inquietudes, sus propias inseguridades. Y sobre todo, que probablemente no supiese que esa noche peleaba George Saint Pierre. El no reconocerse el centro del mundo le ayudaba a sacar la mejor versión de sí mismo cuando había que hacerlo.
4. ✍️ La cita de la semana.
Muchos profesores dan charlas tituladas «La última lección». Tal vez hayáis presenciado alguna.
Se ha convertido en un ejercicio habitual en los campus universitarios. Se les pide a los profesores que se enfrenten a su desaparición y mediten acerca de lo que consideran más importante. Y mientras hablan, el público no puede evitar hacerse siempre la misma pregunta: “¿Qué le enseñaríamos nosotros al mundo si supiéramos que es nuestra última oportunidad de hacerlo? Si tuviéramos que desaparecer mañana, ¿qué querríamos dejar como legado?
La última lección, Randy Pausch.
Leí este libro justo antes de la pandemia.
Me acuerdo perfectamente de emocionarme bastante a lo largo de sus páginas.
La última lección, según se recoge en la propia sinopsis del libro, no es un libro con mucha imaginación, en el que el autor haya elucubrado qué sería aquello que dejase a sus alumnos para siempre una vez no estuviese.
Nada de eso.
Randy Pausch, el autor de esta última lección, acababa de ser diagnosticado con un cáncer terminal meses antes de esta conferencia. No tuvo que imaginarse muchas cosas.
Pero, lejos de buscar la emotividad fácil (aunque dada la situación que vive es muy difícil evitarla) titula su conferencia: “Como alcanzar los sueños de tu infancia”.
Es un repaso vital que invita, desde el límite de la vida con la muerte, a escapar de los obstáculos que nosotros mismos nos ponemos. En definitiva, a aprovechar el tiempo del que disponemos pues “quizás un día descubras que no te queda tanto tiempo como pensabas”, como el mismo Pausch afirmaba.
Hay momentos en los que los pañuelos se recomiendan encarecidamente.
📚 REFERENCIAS
[ 1 ]: La conferencia de Roger Federer:
(también la dejo en escrito: la conferencia)
[ 2 ]: Para el que no quiera leer “La última lección” el vídeo también está en YouTube:
Si quieres contactar conmigo, por aquí…
…o contestando al correo.
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