Cuánto tiempo lleva ser un experto
Un experto en lanzamiento de hueso de aceituna, por ejemplo.
El otro día me atrapó el algoritmo. No pude remediarlo. Lo único que intento últimamente es que me atrape con cosas interesantes y que me interesen.
Minimizar al máximo los vídeos chorras, maximizar los vídeos interesantes.
He de decir que me está costando educar en este sentido al algoritmo.
Sin embargo, el otro día topé con uno de esos vídeos interesantes y que me interesan.
En él se abordaba esa especie de mantra acerca de cuantas horas necesitas para ser un experto en una disciplina. El mantra apunta a un total de 10.000 horas. Esas 10.000 horas traducidas en días supondrían 416,7 días, ¡ojo!, días al completo, dedicados exclusivamente a una incansable práctica de una única disciplina. Si en vez de dedicar 24 horas a lo mismo le dedicásemos solamente 5 horas, el resultado serían 2000 días. Unos 6 años aproximadamente. Y así.
Sin embargo, este mantra parece tener ciertas lagunas. Y esto me lo explicó ese vídeo.
# El índice de hoy
Qué diferencia a un gran maestro.
No estás tan lejos de un gran maestro.
Ejemplos miles.
Las cuatro cosas que se necesitan para ser un experto.
✍️ La cita de la semana.
1. Qué diferencia a un gran maestro.
Resulta que Magnus Carlsen es un gran maestro de ajedrez noruego, coronado como campeón mundial a la edad de 22 años en el año 2013. El segundo más joven de la historia solo por detrás de Garry Kasparov.
En ese vídeo, a Carlsen le pusieron a prueba con una serie de preguntas. Estas consistían en lo siguiente: le mostraban un tablero con una determinada posición de las piezas y él debía de adivinar en qué partida se alcanzó esa posición, quienes eran los rivales y cual de los rivales jugaba con blancas y cual con negras.
El experimento reflejado en el vídeo es impresionante. El gran maestro noruego es capaz de adivinar con un rápido vistazo la partida, los contrincantes y cual de ellos jugaba con blancas o negras.
En otro corte de ese mismo vídeo vuelve a aparecer Carlsen, mucho más niño, diciendo lo siguiente:
“Most of the time I know what to do, I don’t have to figure it out”
Es decir, según relata el mismo, la mayoría de veces, Carlsen no tiene ni que pensar en su siguiente movimiento sino que lo tiene almacenado en su archivo mental. Por tanto es capaz de rebuscar en su memoria y alcanzar la respuesta al interrogante que se le plantee en cada momento de la partida.
No obstante aquí hay trampa.
2. No estás tan lejos de un gran maestro.
Y me explico.
Evidentemente, no hay opción de que un amateur logre ganar una partida a todo un gran maestro de ajedrez. Sin embargo, para ilustrar la poca distancia a la que podríamos estar de un gran maestro, se hizo una vez un experimento en el que se contrastaron dos situaciones a tres grupos de personas distintos: un grupo de grandes maestros, otro grupo de personas con un nivel intermedio de ajedrez y, por último, un grupo de principiantes.
La primera fase del experimento consistía en memorizar la posición de las piezas en un tablero de ajedrez. Las piezas representaban partidas reales o posiciones del juego probables.
La puntuación obtenida por los grandes maestros fue en términos generales, mucho mayor que la del resto de grupos. La capacidad de identificar posiciones de un solo vistazo es insólita en aquellas personas altamente entrenadas. El rendimiento de los más principiantes, evidentemente, fue el peor.
Sin embargo, en la segunda fase, se propuso lo siguiente: hacer memorizar posiciones en el tablero “imposibles” o que no puedan derivar de una situación de juego. El método sería el mismo: exponer esa posición unos segundos e identificar la capacidad de memoria de los voluntarios en el experimento.
¿Cuál fue el resultado?
Bien, pues, en términos generales, los tres grupos de control puntuaron de manera muy similar en esta segunda fase.
¿A qué pudo deberse?
Las conclusiones que arroja dicho experimento señalan en una dirección que tiene que ver con la capacidad de identificación de patrones de los grandes maestros. Es decir, en general, aunque la memoria sea un atributo que un jugador de ajedrez puede emplear claramente en su beneficio, realmente (siempre en términos generales), no se diferencia en gran medida de una persona promedio. El gran maestro del ajedrez es capaz de identificar una partida de un solo vistazo siempre y cuando esta responda a un contexto, a unas reglas y a unos parámetros que el gran maestro bien conoce. Sin embargo, los mismos elementos (como son las piezas) usados fuera de ese contexto para el que han sido entrenados, pueden perder completamente el significado.
El foco en el entrenamiento de un jugador de ajedrez, me aventuro a decir que no es en su memoria fotográfica, sino en la capacidad de este para identificar patrones, reglas, relaciones… de acuerdo a los principios básicos del juego. La identificación de situaciones que ya ha experimentado o ha estudiado de la experiencia de otros, y la aplicación de las respuestas que ha aprendido a estas situaciones.
Porque, seamos realistas, ¿tú cuando te enfrentas a cualquier situación nueva eres capaz de resolverla como aquellas que ya conoces a la perfección? Pues bueno, yo personalmente no, soy sincero. Quizás la situación se parezca a algo que ya he vivido y pueda encontrar una respuesta adaptada a esto nuevo pero, probablemente, no se de con la misma fluidez.
3. Ejemplos miles.
Ejemplos como el del ajedrez y la identificación de patrones, de reglas, de causalidades, y la interiorización de las mismas son claves para poder llegar a ser un experto.
Escuchaba un podcast el otro día en el que entrevistaban a Álvaro Benito, cantante del grupo Pignoise y, antes de eso, una increíble promesa del fútbol español que sufrió una gravísima lesión en la rodilla provocándole una retirada muy prematura. Un jugador con una visión y un entendimiento del juego especial que suele plasmar muchas veces como comentarista en los partidos de Movistar +.
Justo de esto hablaba Álvaro Benito en ese podcast. En su opinión, era muy importante entrenar a los jugadores en situaciones de juego que pudiesen encontrarse en el partido. ¿Para qué? Pues para que, en el caso de que se diesen, los jugadores tuviesen las herramientas para poder dar respuesta al problema que se les plantea. Una visión sencilla pero de mucho impacto. Súper interesante la forma de entender y transmitir el fútbol de Álvaro Benito.
Además del deporte podríamos irnos a disciplinas como la música. Los más destacados pianistas del mundo cuando estudian, interpretan, componen… yo creo que no ven pentagramas. Ven casi la música directamente. Lo que para muchos de nosotros son líneas y formas sin sentido, para un gran músico esos mismos símbolos pueden hasta hacerles visualizar emociones, tensión, alivio, intensidad… con un solo vistazo.
4. Las cuatro cosas que se necesitan para ser un experto.
Venga pues ahora respondamos a la pregunta: ¿qué cosas se necesitan para ser un experto? Pues en ese vídeo que vi se hablaba de cuatro cosas en concreto. Cuatro cosas a las que ya he dado vueltas alguna que otra vez, pero que creo conviene repetir:
En primer lugar, para ser un experto en algo hace falta: repetir ese algo muchas veces pero con feedback. Es importante repetir. Pero tanto o más que nos corrijan lo que hacemos mal. Michael Jordan o Scottie Pippen (no recuerdo quien) decían que, si entrenabas algo muchas veces pero con el mismo error, te convertirías en el experto en ese movimiento con ese error específico. Ambos eran unos obsesos de depurar la técnica y ejecutarla tantas veces como sea posible.
En segundo lugar, para ser un experto en algo se requiere de un ambiente válido. Es decir, disponer de un ecosistema que acompañe nuestras repeticiones y que nos facilite depurar la técnica. En el vídeo ponen un ejemplo que aclara este concepto refiriéndose a un jugador de ruleta en el casino. Ese jugador probablemente pueda jugar miles de partidas, recibir siempre feedback de si ha ganado o perdido con el número anterior. Sin embargo, su capacidad de construir conocimiento útil y de encontrar herramientas está muy limitada por la aleatoriedad de los hechos. Es incapaz de enfrentarse a nuevas situaciones porque las anteriores no le dan pistas sobre el futuro.
En tercer lugar, para ser un experto en algo se requiere de feedback a tiempo. Es importante que la corrección que recibamos esté próxima en el tiempo a la acción que estemos practicando. En caso contrario, la corrección perdería mucha relación con la acción, el movimiento o la performance. Por tanto, si alguien nos corrige que sea cuanto antes por favor.
En cuarto lugar, para ser un experto en algo es importante practicar deliberadamente. Es decir, practicar de forma voluntaria y explorar nuestros propios límites. Si quieres ser un experto en algo, desde el sofá o la cama quizás no sea siempre la mejor opción. Por tanto, forzarse siempre mejorar, a perseguir nuevas metas, marcarse nuevos objetivos es la mejor forma de convertirse en un experto en algo.
5. Algunas ideas.
Yo de estas cuatro cosas extraigo mis propias conclusiones aplicadas para mí y, entre ellas, destaco:
Que para ser un experto en algo, si necesitas muchas repeticiones buenas de una misma acción, necesitas también mucho tiempo y gente pendiente de ti. De forma que no es una mera tarea de repetición sino que también se requiere (unido al tercer aspecto antes comentado) un ecosistema que favorezca la retroalimentación.
Que para ser un experto en algo hace falta mucha humildad. Aunque supongo que habrá expertos que no sean muy humildes por ser muy virtuosos desde niños. Pero para llegar lejos en una disciplina te tienen que haber corregido mucho y tú haber sido capaz de aceptarlo bien o haber sido muy perfeccionista individualmente hablando o haber sido una combinación de ambas.
Para terminar, me gustaría contar una pequeña anécdota de un día en el que en una conversación de ingenieros salió Messi. Yo, vaya por delante, que soy madridista hasta la médula pero, a Messi, respect.
En esta conversación se comentaban las “capacidades intelectuales de Messi”, hablando de forma fina.
Yo no estaba muy de acuerdo con lo que se estaba comentando, y dije que ninguno de los que estábamos ahí haríamos nunca tan bien integrales o ecuaciones diferenciales o proyectos como juega Messi al fútbol. La gente se me echó encima.
Pero sigo pensando que tengo razón.
✍️ La cita de la semana.
"La experiencia de estar sometido a la autoridad distorsiona nuestra percepción moral".
El problema de la autoridad política, Michael Huemer.
Hace unos meses leí un libro verdaderamente interesante del que tengo apuntadas muchas notas. “El problema de la autoridad política” es un libro reciente, escrito por Michael Huemer, profesor de filosofía de la universidad de Colorado en Boulder.
En el libro se discuten y analizan numerosos aspectos en cuanto a la legitimidad de las actuaciones de los políticos, la autoridad del Estado… entre otras muchas cosas. Aporta un punto de vista que yo antes personalmente desconocía.
En un capítulo se habla acerca de la autoridad y como puede esta afectar a nuestras acciones, poniendo como ejemplo el experimento de Milgram, en el cual se llegó a observar como las órdenes de un superior pueden hacernos que vayamos incluso en contra de lo que creemos que son nuestros principios. Muy interesante.
refes
[ 1 ] : El podcast de Álvaro Benito, de Offsiders Project. Brutal.
[ 2 ] : El vídeo del que hablo todo el rato en el post. Muy recomendable.
También, si crees que podrías sacar más de tu estudio y no sabes como, estoy aquí para ayudarte. No me saqué la oposición estudiando dos horas al día pero si que me cundió el tiempo. Por si necesitas mentoría o llámalo como quieras. A fin de cuentas, por si necesitas que alguien te ayude seguro que por Internet hay mucha gente que te puede echar una mano. Yo en mi caso estoy aquí.
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