Los meses de mayo y junio la mayor parte de estudiantes se encuentran estudiando para sus exámenes de fin de curso.
Es una época que yo recuerdo vivir siempre con mucha intensidad, tanto en el colegio como en la universidad.
Desde que empecé la oposición a Ingeniero Industrial del Estado hasta ahora, he dado muchas vueltas sobre como mejorar mis métodos de estudiar. Como en otras ediciones he comentado, la escasez de tiempo te empuja a intentar aprovecharlo más y buscar las vías que te permitan sacarle el máximo partido.
La verdad que, a base de investigar, creo que he dado con muchas claves que me han servido y espero me sirvan en el futuro ¡Ojalá las hubiese sabido en el pasado!
# El índice de hoy
El examen - proyecto.
La regla de Pareto.
En mi caso.
✍️ La cita de la semana.
1. El examen - proyecto.
Me gusta enfocar el estudio como si de un proyecto se tratase. Un proyecto en el que tendremos que aportar una serie de recursos y emplearlos a lo largo de un determinado período de tiempo, a fin de lograr unos resultados u objetivos previamente planteados.
¿Cuáles son los recursos de los que dispone un estudiante?
Su capacidad cognitiva sería uno de ellos.
El tiempo que tiene disponible para estudiar.
Sería también digno de mención las herramientas con las que este cuente para controlar y planificar su estudio (el cronómetro, una hoja de cálculo para controlar los repasos…)
Todos estos recursos se combinan para desarrollar tareas. El conjunto de tareas conformaría el proyecto de estudio al que nos enfrentamos. Un proyecto de estudio que generalmente será un examen y en el que cada tarea se corresponde con las acciones que llevamos a cabo para memorizar cada uno de los pedacitos del temario que nos entra.
Me gusta este enfoque porque es sistemático. Es importante para un estudiante lograr un flujo de trabajo orientado a lo que quiere conseguir. Es importante para un estudiante lograr un flujo de trabajo a partir del cual sepa como estudiar dependiendo mínimo posible de su estado de ánimo.
Yo creo que esta visión más “empresarial” o “de proyecto” de un examen puede ayudar.
2. La regla de Pareto.
Antes de seguir con la cuestión del examen - Proyecto, me gustaría remontarme un par de siglos, a la Italia del siglo XIX. En el año 1848 nació Vilfredo Pareto, famoso economista, ingeniero, sociólogo y filósofo italiano, según describe la propia Wikipedia.
La labor de Pareto como académico tuvo mucho que ver con la incorporación de principios matemáticos a la microeconomía, como el criterio de eficiencia de Pareto. Tan prolífica fue esa carrera académica que, en el año 1883, recibió una propuesta para ocupar la cátedra de economía política que había dejado libre otro gran economista de la época: Leon Walras.
Pero más allá de los múltiples hallazgos de nuestro protagonista, quería hacer mención a la llamada Regla de Pareto, que no fue generalizada por él sino por Joseph M. Juran, figura de renombre en el ámbito de la calidad y la gestión de la calidad.
¿En qué consiste esta regla de Pareto? No se trata ni mucho menos de una ley de la naturaleza, sino de una conclusión fruto de la observación. Vilfredo percibió que el 80% de las tierras del reino de Italia pertenecían únicamente el 20% de la población.
¿Cómo tradujo Joseph M. Juran estos términos al ámbito más puramente empresarial, de gestión de la calidad? Juran aplicó la observación al ámbito industrial, considerando que el 80% de los problemas de calidad provienen del 20% de las causas.
Este razonamiento posteriormente ha sido extrapolado a muchísimos ámbitos. Entre ellos querría destacar el de las ventas de una empresa, donde e muchos casos se reconoce que el 80% de las ventas de una empresa promedio provienen del 20% de sus clientes. Por tanto, esta estrategia define una directriz clara para el empresario, el cual deberá decidir si debe reconfigurar su estrategia para los clientes menos rentables.
Sin embargo, esta visión puede ser un poco excluyente con algunas causas y sus posibles interrelaciones. Es por ello que Juran, tornó la expresión “los pocos vitales y muchos triviales" en “los pocos vitales y los muchos útiles”, para indicar que el 80% restante de causas no deben de ser completamente ignoradas.
Con todo esto.
¿Qué podemos aprender de Pareto y Juran a la hora de estudiar?
3. En mi caso.
Durante todo el proceso de oposición cuestioné si estaba estudiando bien. La duda constante quizá me llevó a dar más rodeos de los necesarios. Sin embargo, me ayudó a refinar la memorización de los temas.
En el primer correo de esta newsletter hablé mucho de como estudié para el primer examen. He hice mucho hincapié en la cantidad de tiempo que perdí por el camino.
Durante esa preparación recurrí mucho a un programilla de ordenador llamado Anki. De hecho, de primeras lo conocí porque por aquel entonces veía mucho Pasapalabra con mi abuela, y uno de los concursantes (Pablo se llamaba) mencionó que él utilizaba ese programa para estudiar. Ni corto ni perezoso me lo descargué y cacharreé bastante con él.
Anki no es otra cosa que un recopilador de las típicas tarjetas que por el reverso tienen una pregunta y por el anverso su respuesta correspondiente. Cuando lo descubrí mi idea era hacerme preguntas que recogiesen toda la información de todos los temas.
Con el tiempo me di cuenta de que eso era una tortura. Tardaba mucho tiempo en preparar todas las tarjetas de un solo tema (estamos hablando de entre 60 y 80 tarjetas) y eso añadido al tiempo que había que dedicarle en repasarlas todos los días.
Desde luego que este uso de Anki no se encontraba en ese 20% de causas que generaban el 80% de resultados. Más bien al revés: me consumía mucho tiempo y no estaba logrando una ayuda diferencial.
Otro de las cosas que hacía que tampoco estaba en ese 20% de causas que generan el 80% de resultados fue subrayar. La de tiempo que he echado al traste subrayando los temas. Evidentemente aquí cada uno tiene sus manías de colores y de organización. Que cada uno haga lo que prefiera. Sin embargo, desde pequeños tenemos muy metido en los circuitos lo importante que es subrayar un libro de texto (también entiendo que tiene su sentido, puede ayudar a señalar las ideas principales y a mejorar la comprensión lectora). No obstante, el tiempo que pasaba subrayando era tiempo de “estudio pasivo”. Acababa sin enterarme de nada, leyendo por encima las palabras del tema y perdiendo un tiempo precioso que podría haber empleado en tomar un papel más activo y más dedicado a la comprensión de las ideas principales del texto.
Dejar de subrayar fue un poco liberación la verdad. De hecho dejé hasta el papel y empecé a estudiar desde el ordenador.
Con todo esto quiero decir que a la hora de estudiar nos perdemos en muchas cosas que nos pueden hacer perder bastante el tiempo. Es por esto que, recurrir a Pareto y a su regla del 80/20 puede sernos útil si sentimos que no estamos aprovechando el tiempo como nos gustaría. Es decir, el 80% de lo que consigo proviene del 20% de lo que hago ¿Podría decir con exactitud qué cosas comprende ese 20%? Esa es la pregunta que debemos hacernos.
4. ✍️ La cita de la semana.
Hebrón es protagonista de la primera adquisición de tierras registrada. […] Abraham, después de la muerte de su esposa Sara, decidió comprar la cueva de Macpelá y las tierras que la rodeaban para sepultar allí a su esposa y, en última instancia, ser enterrado el mismo. […] Abraham era lo que ahora podría denominarse un extranjero, aunque hacía mucho que residía en Hebrón. Para poseer bienes raíces en el lugar, se necesitaba, además de poder adquisitivo, el consentimiento público de la comunidad.
La historia de los judíos, Paul Johnson.
Las estanterías de casa siempre esconden información muy valiosa.
La historia de los judíos, del historiador Paul Johnson, describe los acontecimientos principales de la historia de este pueblo.
Me llamó especialmente la atención este punto acerca de Abraham y la compra de la cueva de Macpelá. Seguro que a cualquier registrador de la propiedad le parece interesante.
Resulta que Abraham era un hombre extranjero afincado en Hebrón desde hacía ya tiempo. Sin embargo, su condición de extranjero derivó en que, para poder adquirir un terreno en el que dar sepultura a su esposa, se le requería aportar el capital y obtener el consentimiento de la comunidad.
Un acontecimiento que puede parecernos algo muy habitual en nuestros días (la compraventa de bienes raíces) pero siglos atrás podía suponer una verdadera novedad. Un hito interesante en la historia de la humanidad. Se relata con todo lujo de detalles en el capítulo 23 del libro del Génesis, en la mismísima Biblia.
OJO
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