Cuando empecé a opositar tuve una obsesión. Le daba vueltas todos y cada uno de los días. Esa idea que no eres capaz de quitarte de la cabeza.
Cuando digo todos los días es todos los días.
Ya he contado que cuando empecé la universidad cayó en mis manos un libro con un título un poco tramposo pero que a mí me cautivó. El título de ese libro era "Desarrolla una mente prodigiosa".
Su contenido no era nada del otro mundo. Algún apunte interesante por aquí. Algún consejo interesante por allá.
Pero había una cosa, una frase, una declaración en ese libro que me cautivó y me llevó a tener, años después, esta obsesión de la que te hablo.
Esa obsesión se la he contado a todos los que están suscritos a esta newsletter. Pero tú también si quieres lo puedes recibir.
Es algo que a mí me ayudó mucho y me empujó a no ser conformista con lo que estaba haciendo. Lo único que sólo les contaré esto este viernes a quienes estén en mi lista de correos.
También vale con suscribirse y des-suscribirse he de decir. Osea, que tienes la trampa a tu disposición.
Yo creo que tiene bastante valor. También acceder a la lista de correos. Ahí comparto experiencias todos los viernes de como fue mi camino como opositor-trabajador.
Pero bueno, también puedes quedarte siempre con las ganas.
Abrazos,